Brisas de las Palmas
El barrio en el tiempo
Historia del barrio
Este asentamiento es producto de un proceso de ocupación no formal llevado a cabo en el año 1999 y, desde entonces, ha venido consolidándose mediante el trabajo mancomunado de sus residentes.
En 1999 se inició la ocupación de esta zona en una modalidad que consistió en seguir viviendo en arriendo en los barrios cercanos y dormir todas las noches en el predio ocupado para que los tuvieran en cuenta en el proceso de loteo. En ese momento eran aproximadamente cinco familias las que se encargaron de cuidar los lotes. Las primeras viviendas de Brisas de las Palmas se ubicaron alrededor del parque que, desde el inicio del barrio estuvo delimitado y respetado como espacio comunitario. Allí había un árbol que ellos llamaban “palo de pecueco”.
Muchos de los primeros pobladores venían de afrontar circunstancias difíciles -varios de ellos eran migrantes forzados a causa del conflicto armado- y buscaron la forma de construir ramadas con guadua, plástico y materiales desechables, para generar una construcción temporal que después se transformaron en casas de esterilla. Según mencionan los primeros pobladores, en ese momento la posesión era tranquila y no había desalojos, pero eran constantemente amenazados por policías que les pedían irse porque esas tierras no eran de ellos. Cabe resaltar que los policías nunca fueron violentos y por el contrario ayudaban a mantener el orden en el sector que en ese entonces apenas se estaba poblando.
En el 2001 la comunidad contrató a un topógrafo para reorganizar los lotes, se delimitaron los predios (de 6 metros de frente por 12 metros de fondo) y se planteó la malla vial teniendo en cuenta el espacio de la caseta comunal y el parque. Después de organizar el barrio espacialmente, los habitantes empezaron a levantar sus viviendas con materiales más sólidos.
En paralelo se conformó la Junta de Acción de Vivienda para recolectar fondos para las obras del barrio. El agua se instaló mediante un acueducto comunitario y es la que funciona en la actualidad. Al inicio era compartida con el AHDI Pampas I, y llegaba en una manguera que pasaba por la calle para abastecer toda la cuadra. Simultáneamente, cada casa tenía su pozo séptico y lavaban la ropa en el río. En el 2004, empezaron a construir la carretera y el alcantarillado, todo gracias a la misma comunidad, ya que ellos mismos compraron los tubos de collarín y acordaron con el barrio La Arboleda un pago cercano a los $2’000.000 para conectarse al alcantarillado. Con los habitantes de La Arboleda también acordaron comprar el predio donde estaba ubicada la caseta comunal para garantizar un mejor acceso a Brisas de las Palmas. El dinero para la topografía, las obras de infraestructura y la compra del predio para el acceso lo recaudaron a través de rifas, festivales y bingos que organizaban de forma autónoma y se desarrollaban en la caseta comunal, que en ese entonces era una tarima en madera.
En el 2007 se realizaron dos proyectos importantes en el barrio: la construcción del parque y la caseta comunal. Antes de la construcción física de estos dos espacios, los residentes identificaban estos lugares de manera simbólica y tenían gran respeto hacia ellos. Las actividades (partidos de fútbol y fiestas en la cancha; y bingos, festivales y ollas comunitarias, en la caseta) las realizaban teniendo en cuenta una delimitación virtual del espacio. Otra actividad que inició en este año fue la de los moto-ratones pues, teniendo en cuenta que para subir al barrio muchas personas necesitaban transporte, algunos habitantes del barrio iniciaron la prestación de este servicio para sus vecinos. Al año siguiente los residentes comenzaron a construir sus viviendas en diferentes materiales como el ladrillo o el concreto. Alrededor de este año, el árbol de pecueco que era un hito en el barrio, se secó y el DAGMA lo reemplazó por el samán que aún se encuentra plantado.
Alrededor de 2010 el gobierno empezó obras de la red eléctrica del barrio con el Programa de Normalización de Redes Eléctricas (PRONE). La promesa que les hicieron era que el recibo llegaría a máximo $20.000, pero para su sorpresa, a algunos residentes les llegaba hasta $200.000, lo cual era impagable para muchos. Con el PRONE también se instalaron contadores y postes para el alumbrado público. Cuatro años después llegó el internet al barrio. En cuanto al gas, los habitantes indican que el servicio se inició en 2015 gracias a la instalación de redes por parte de Gases de Occidente y, ese mismo año, Metrocali estableció una ruta del MIO hacia Las Palmas, la cual benefició enormemente la movilidad en el sector.
Existieron diferentes problemáticas relacionadas con el acueducto y el alcantarillado comunitarios; la más significativa fue en el año 2012 cuando hubo una crisis de abastecimiento de agua en la parte alta de la ladera por un verano prolongado y la alcaldía tuvo que abastecer los barrios con carrotanques. Ese mismo año, con la ayuda de todos, pavimentaron la vía de La Torre, la cual es la entrada al asentamiento.
Como hecho importante, la Junta de Acción Comunal fue creada en 2016 y su presidente es, desde entonces, Francia Mina una de las primeras pobladoras del barrio. Con el apoyo de la junta, en 2019 se logró construir los colectores de aguas lluvias y cunetas, lo cual mejoró sustancialmente la condición de las vías y redujo la vulnerabilidad de las viviendas por aguas lluvias.
Los últimos acontecimientos vividos en el barrio estuvieron estrechamente vinculados con la pandemia (desde marzo de 2020 hasta la actualidad) y el Paro Nacional que se manifestó con mayor fuerza entre el 28 de abril y finales de junio. Durante los meses de crisis por estos dos eventos la comunidad realizó diversas actividades para sobrellevar las dificultades, sobre todo en lo relacionado con la alimentación de las familias más vulnerables. El comedor comunitario realizó de forma continua grandes ollas comunitarias que beneficiaron a personas tanto del barrio como de los sectores vecinos.
Este sector sigue en desarrollo permanente. A la construcción reciente de la vía principal, que ha sido la primera actividad para la cual han recaudado fondos en medio de la pandemia, se suma la instalación de los juegos para niños en el parque al lado de la cancha, realizada en junio de 2021.
Fuente: Programa de Mejoramiento Integral del Hábitat Comuna 18 y alrededores
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