El trabajo desarrollado en la línea Movilidad contribuye directamente a alcanzar los ODS 5, 10, 11 y 16 a través de los cuales se busca alcanzar ciudades equitativas que incluyan la perspectiva de género, sin brechas para el acceso a bienes y servicios, donde la infraestructura cuente con espacios incluyentes y exista   disponibilidad y diversidad de usos del suelo.

La movilidad de las mujeres frecuentemente se ve permeada por múltiples obstáculos que dificultan resolver sus necesidades en el territorio. Enfatizar en la necesidad de alcanzar la igualdad de género en los sistemas de transporte, el hábitat y en las comunidades permite formular propuestas de mejoramiento de infraestructuras y la generación de espacios incluyentes y equitativos.

La movilidad se constituye como un eje articulador entre el territorio y sus habitantes, de forma tal que facilita el uso y disfrute del mismo. En este sentido, la accesibilidad a los modos de transporte que hacen posible la movilidad permite cerrar brechas en el acceso a oportunidades y propender a entornos equitativos, que en el tiempo aportan a la reducción de desigualdades.

El acceso a bienes y servicios de calidad a bajo costo (tarifario, en tiempo o distancia) permite a las comunidades hacer reaprovechamiento de los recursos con los que cuentan, mejorando su calidad de vida. Esto es posible a través de la construcción de ciudades con diversidad y disponibilidad en usos de suelo, alcanzables en pequeñas escalas de distancia o tiempo.